Historia

Planetarios: Desde la máquina de Antikythera hasta los proyectores modernos.

Desde los primeros tiempos, nuestros predecesores, a partir de las observaciones realizadas con paciencia, intentaron descubrir los movimientos de los astros, elaborando teorías racionales para explicarlos. Entre las representaciones más fascinantes del cielo están los globos celestes, que se remontan a la antigüedad clásica: la tradición atribuye la construcción del primero a Anassimandro di Mileto.

 

Uno de los globos más antiguos que se conservan es el Atlante Farnese: perteneció a la colección de la familia Farnese y se encuentra en el Museo Archeologico di Napoli. Se trata de una estatua de mármol del siglo II d.C. que representa al titán Atlante che sorregge sulle spalle un globo celeste", donde están grabadas en relieve las constelaciones, la eclíptica, el ecuador celeste y otras referencias.

Un enigma relacionado a la antigüedad es la llamada Máquina de Antikythera, que data del siglo I a.C. y del siglo III d.C. Fue encontrada en 1902 entre los restos de un barco antiguo encallado cerca de la costa de la isla de Antikythera, entre Grecia y la isla de Creta. Constaba de cuatro fragmentos de cobre, que mostraban los restos de lo que debió ser un dispositivo mecánico elaborado, con numerosos mecanismos.

El astrolabio es sin duda uno de los instrumentos científicos más antiguos. Debió de ser construido con gran habilidad técnica y manual si Tolomeo e Ipparco, uno de los más grandes astrónomos del pasado, emplearon este tipo de instrumento para realizar la mayoría de las observaciones destinadas a sus famosos catálogos de estrellas.

Un instrumento derivado del astrolabio es la esfera armilar. También fue obra de astrónomos griegos, pero se generalizó a partir del siglo XV. Consistía en una serie de círculos graduados que representaban las principales referencias astronómicas, como el ecuador celeste, los trópicos, los círculos polares ártico y antártico y la eclíptica. En el centro había una esfera que representaba la Tierra (en el sistema geocéntrico) o el Sol (en el sistema heliocéntrico).

Además del astrolabio y las esferas armilares, a partir del siglo XIII se construyeron relojes que poco tenían que ver con la medición del tiempo, pero que básicamente incluían el movimiento y la representación de los planetas. Los primeros grandes relojes públicos del siglo XV parecían grandes planetarios. Famoso es el que se encuentra en el Ayuntamiento de Praga, que data de 1410, y que indica el comienzo de las estaciones y los movimientos relativos del Sol y la Luna, mostrando las fases lunares. En Italia, el primer reloj astronómico, que reproduce los movimientos del Sol y la Luna, fue construido en Pádova en 1344 por Jacopo Dondi.

A principios del siglo XVIII se inventó en Inglaterra el planetario de mesa u "orrería". La palabra apareció por primera vez en 1713 y deriva del nombre del coleccionista de instrumentos científicos Charles Boyle, 4º conde de Orrery. Había alentado y fomentado la creación de este tipo de instrumento que reproducía el movimiento del Sol, la Tierra y la Luna.

 

Proyeccion del planetario

La imagen más común de un planetario es la de un edificio coronado por una gran cúpula semiesférica (o una gran pantalla de forma adecuada), sobre la que un instrumento específico proyecta imágenes de las estrellas y otros cuerpos celestes, reproduciendo sus movimientos. Otros dispositivos y tecnologías pueden enriquecer el equipo, en beneficio de la experiencia inmersiva, visual y emocional del espectador.

 

El "antiguo" Planetario de Roma

Tras la Primera Guerra Mundial (1915-18), Alemania ofreció a Italia un planetario Zeiss como reparación por los daños sufridos. Se trataba de un instrumento totalmente nuevo en aquella época, que tuvo un gran éxito entre el público alemán. Gracias a la instalación de ese proyector bajo la cúpula del Aula Ottagona (en las Terme di Diocleziano), en 1928 se inauguró el Planetario de Roma: fue el primero que se construyó fuera de Alemania. Se cerró en la década de 1980.

Hace veinte años, el histórico Planetario de Roma, situado en la Sala de la Minerva de las Termas de Diocleciano, fue cerrado al público.

 El Planetario de Roma, el primero de Italia por su tamaño, era una instalación muy conocida y popular entre los romanos y los turistas. La sofisticada tecnología con la que estaba equipado (un proyector Zeiss II) era muy avanzada para su época y lo convirtió en un Planetario de vanguardia en toda Europa.

 

Planetario y museo astronomico (2004-2014)

Tras un largo periodo de cierre, el Planetario volvió a Roma en 2004, gracias a una importante instalación dentro del Museo della Civiltà Romana, que ofrece tanto un Planetario como un Museo Astronómico. Una cúpula de 14 metros de diámetro está instalada en una sala de unos 300 metros cuadrados, con 98 sillones ergonómicos montados en filas concéntricas bajo ella. En el centro se encuentra el proyector óptico SN 95 de la empresa francesa R.S.A., que también utiliza un canal digital en tres proyectores de vídeo, 12 diaproyectores y un sistema de audio multicanal.  El Museo Astronómico anexo al Planetario es una estructura que completa la oferta cultural, al margen de los criterios habituales de exposición. Las maquetas, las estaciones interactivas y los dioramas permiten al visitante sumergirse realmente en el contexto espacial, experimentando la ciencia sin perder la capacidad de sorprenderse y emocionarse. La intensa actividad del Planetario y Museo Astronómico en esta década queda atestiguada por las cifras que lo certifican: una media de unos 100.000 visitantes al año -casi un millón en 10 años-, que lo han situado durante varios años en el top ten de los museos científicos italianos más visitados, según el dossier del Touring Club Italiano. Miles de espectáculos para el público y las escuelas, cientos de eventos, prestigiosos invitados de la escena científica italiana e internacional y una oferta de casi 70 producciones en directo la hacen única en el panorama internacional.

En 2014 se cierran temporalmente el Museo della Civiltà, el Planetario y el Museo Astronómico para llevar a cabo importantes obras de remodelación en todo el recinto. Las actividades del Planetario continúan en varias sedes (Villa Torlonia, Ex Dogana, Museo Civico di Zoologia), también gracias a iniciativas y proyectos repartidos por todo el territorio de Roma Capitale, con vistas a la reapertura de la sede de Eur.